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En la Urbanización Pueblo Rocío se sitúa este local coqueto que se encuentra avalado por la masa de lugareños que han hecho de él una parroquia fija.
Dispone de una agradable terraza en el exterior, una bonita barra y mesas altas con taburetes, así como de un comedor con varias mesas. Las dimensiones no son reducidas, pero la afluencia de clientes siempre lo hacen pequeño. La decoración es bonita y agradable, dándole un toque de moderna taberna sin pretensiones que consigue su finalidad. El trato del personal es muy bueno.
La base de la cocina es la tradicional, aunque con algunas pinceladas más actuales. En la barra se ofrece la casi extinta consumición de caña y tapa por 1 €.
Cuenta con una más que considerable variedad de tapas y raciones tradicionales y originales.
Se recomienda: surtido de tapas, secreto ibérico, lasaña de carne, puntas de solomillo, al queso roquefort, solomillo ibérico confitado.
Cuenta con una buena carta de vinos, muy variada y a un precio más que razonable.
Precio medio por persona: 17 €. Una elección acertada. Imprescindible.